No podemos eludir la responsabilidad de siempre invocar al Cristo en todos dondequiera que vayamos. Y solamente tendremos al Cristo verderamente despierto, cuando comencemos a verlo mirando desde todos los ojos que nos miran.
El perdón en sí, no lo logra; sino el proceso que te lleva a ello. Entonces, con tu propia voluntad o decisión, debes de nuevo entrar al Cristo y volverte Dios manifestándose nuevamente en el mundo, tal como esta personalidad, como el Cristo en tí, que es la verdadera extensión directa de Dios haciendo a Dios.
- John-Roger
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