lunes, 26 de julio de 2010

Renuevate y Vuela.. Como Las Aguilas




El águila es una de las aves de mayor longevidad. Llega a vivir setenta años. Pero para llegar a esa edad, en su cuarta década tiene que tomar una seria y difícil decisión.

A los cuarenta años, sus uñas se vuelven tan largas y flexibles que no puede sujetar a las presas de las cuales se alimenta. El pico, alargado y en punta, se curva demasiado y ya no le sirve. Apuntando contra el pecho están las alas, envejecidas y pesadas en función del gran tamaño de sus plumas, y para entonces, volar se vuelve muy difícil. En ese momento, sólo tiene dos alternativas: abandonarse y morir, o enfrentarse a un doloroso proceso de renovación que le llevará aproximadamente ciento cincuenta días.

Ese proceso consiste en volar a lo alto de una montaña y recogerse en un nido próximo a un paredón donde no necesita volar y se siente más protegida. Entonces, una vez encontrado el lugar adecuado, el águila comienza a golpear la roca con el pico hasta arrancarlo. Luego espera que le nazca un nuevo pico con el cual podrá arrancar sus viejas uñas inservibles. Cuando las nuevas uñas comienzan a crecer, ella desprende una a una sus viejas y sobrecrecidas plumas.

Y después de todos esos largos y dolorosos cinco meses de heridas, cicatrizaciones y crecimiento, logra realizar su famoso vuelo de renovación, renacimiento y festejo para vivir otros treinta años más.

oooOOOooo

Todos debemos enfrentarnos en nuestras vidas a procesos de renovación y cambio, queramos o no, si queremos continuar viviendo con nosotros mismos. Es necesario vivir el dolor, de interiorizarlo y de sufrirlo, hasta que lo conocemos profundamente, le vemos la cara y, frente a frente, somos capaces de decirle "aquí estoy", como la única forma de superarlo. De nada sirve esconderse, huir del miedo, huir de los cambios...

Todos somos águilas a lo largo de nuestra vida. En mayor o menor medida, todos tendremos que someternos a procesos de renovación, siempre profundos, siempre dolorosos. Pero siempre positivos. No tenemos elección, no podemos huir, sólo podemos retrasar el inevitable encuentro.

Los cambios siempre están unidos al sufrimiento. Sin sufrimiento no habrá cambios reales. Y sin sufrimiento no hay crecimiento.

Nadie es capaz de avanzar sin encontrarse piedras en el camino. Podemos rodearlas, evitarlas, y nos pasaremos toda nuestra vida escapando de nosotros mismos...

... O podemos enfrentarnos a ellas, sacar fuerza de donde difícilmente pensamos que hay más, y apartar esas piedras del camino. Y todo cambiará. Esa piedra nunca volverá a ser un obstáculo; aunque tengamos que recorrer de nuevo el mismo camino no estará allí, no para nosotros.

Los caminos de la vida son muchas veces circulares, siempre recorremos los mismos senderos, en distinta manera. Aprendamos a quitar las piedras, aunque sea un trabajo muy duro. Seamos águilas, y creceremos como las águilas, dispuestas a remontar su segundo gran vuelo, el más bello, porque todo lo viejo, inútil e inservible se habrá quedado, junto con el intenso dolor sufrido, en el camino...

Conozco yo un águila de esas... un águila fuerte, valiente, con un corazón que no le cabe en el pecho, culminando su proceso de renovación... supongo que seré capaz de reconocerla, volando majestuosa, imponente, surcando las tierras de Compostela, en breve tiempo...
Tomado de la web.

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